El papel de la luz azul en la patogénesis de la DMAE

La exposición a la luz azul es uno de los factores de riesgo modificables que participan en la patogénesis de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Se han realizado varios estudios sobre la relación entre la exposición a la luz y la DMAE. También se han hecho pruebas clínicas para evaluar el efecto sobre la función visual de los implantes intraoculares que filtran la luz azul, en comparación con los implantes intraoculares convencionales.

Aun así, los autores son partidarios de que se lleven a cabo otros ensayos clínicos con el objetivo de evaluar el efecto filtrante preventivo de las lentes oftálmicas —especialmente las que incorporan filtros selectivos de banda estrecha— en el desarrollo y/o la progresión de la DMAE.

Las fases precoces de la DMAE se caracterizan por depósitos amarillentos (drusas) y/o modificaciones de los pigmentos del epitelio pigmentario de la retina (EPR), pero sin pérdida funcional manifiesta de la visión. Durante las fases avanzadas de la DMAE, se constata una disfunción e incluso la muerte de los fotorreceptores consiguiente a un fenómeno atrófico (atrofia geográfica, AG) y/o neovascular (neovascularización coroidea, NVC) que lleva a una pérdida irreversible de la visión central. Comparadas con las fases posteriores, las fases precoces de la DMAE afectan a una proporción mucho más importante de la población y multiplican entre 12 y 20 veces el riesgo de una DMAE avanzada visualmente significativa a lo largo de un periodo de 10 años.

 

Web Relacionada