El edema macular diabético está vinculado con la situación socio-económica.
La retinopatía diabética es una enfermedad que daña los vasos sanguíneos en la retina dando como resultado alteración de la visión. El edema macular diabético (EMD) es una enfermedad complicación frecuente entre las personas con retinopatía diabética que puede dar lugar a ceguera. El EMD se caracteriza por el engrosamiento de la retina en la mácula como resultado de un incremento de la permeabilidad vascular de la retina, y consecuentemente a una gradual pérdida de visión central1. La pérdida de visión es una grave consecuencia para las actividades de la vida diaria. Esta, indudablemente produce pérdida de independencia en las actividades cotidianas, y de calidad de vida, lo cual incrementa la probabilidad de padecer trastornos del estado de ánimo, principalmente ansiedad y depresión2,3.
La diabetes afecta más a menudo a hombres que a mujeres. En España, la prevalencia para hombres es del 10,6% y del 8,2% para mujeres. La prevalencia general es del 9,4%. Esto significa que más de 4,6 millones de españoles son diabéticos4.
Con el incremento de las personas con diabetes en el mundo, la carga del EMD se espera que aumente. Los pacientes con EMD usan más servicios sanitarios (de evaluación y de tratamiento5,6 ) que las personas con diabetes sin esta complicación. Además de esto último, se debe tener en cuenta que con la pérdida de agudeza visual el coste del EMD se incrementa7.
Pese a todas las consecuencias clínicas y sociales de la pérdida de visión asociada al EMD, hasta donde conocemos, muy pocos estudios se han realizado sobre las características sociales del EMD. El papel del género, el nivel educativo y el socio-económico está muy escasamente desarrollado en la literatura científica. En nuestra opinión, estas variables podrían ser interesantes inductores para identificar grupos de factores de riesgo que permitieran promover hábitos saludables y programas educativos.
Con este estudio pretendemos describir el actual perfil general de las personas que padecen EMD. Queremos focalizarnos en el punto de vista socio-económico e identificar determinantes sociales de la percepción de bienestar. Esto nos permite identificar potenciales inductores que reduzcan el coste.
Para este propósito se construyó una entrevista con la ayuda de un grupo de experimentados oftalmólogos. Después de ello, oftalmólogos especialmente entrenados completaron las entrevistas con sus pacientes en las consultas. 227 pacientes de hospitales de Andalucía participaron. No se recogió ningún dato de carácter personal que pudiera identificar a los participantes.
Nuestros resultados muestran que el perfil general es el de un hombre (56,8%) de unos 65 años, que está principalmente jubilado (57,7%), con estudios básicos o no regulados (82,4%), y que tiene unos ingresos bajos (menores a 1.000€/mes en el 73,6% de la muestra).
La baja percepción de las perniciosas consecuencias de un mal control de la diabetes son evidentes. El perfil general también muestra que las personas con EMD tienen una larga historia de diabetes (en torno a 20 años de evolución). Los primeros signos de la pérdida visual no son rápidamente detectados. Lleva más de 2 años desde el inicio (26 meses) que se diagnostique; hay una baja percepción de la pérdida de visión. Por otra parte, debemos decir que el periodo de tiempo desde el diagnóstico y el comienzo del tratamiento es corto (sobre los 6 meses).
Hay un nivel moderado de dependencia en las actividades de la vida diaria (el índice de Barthel es 82,67 como promedio). En cualquier caso, debemos decir que en este índice, las categorías en las cuales los pacientes muestran dificultades son categorías que no están directamente vinculadas con la pérdida de visión.
El nivel educativo y el de ingresos son variables relevantes. Por ejemplo, las personas con mayores niveles de estudio son las que tiene una edad inferior. Y aquellos con mayores ingresos son los que tienen una historia de diabetes más corta. Adicionalmente, hay influencia del nivel educativo y del de ingresos de la persona. Hemos visto que un nivel educativo y económico alto tiene que ver con la percepción de calidad de vida. En general un nivel alto en ambas variables se relaciona con menos quejas relativas a su estado de salud. En este punto debemos subrayar que las decisiones médicas no se ven influenciadas por variables económicas ni sociales. No hay correlaciones entre el nivel de educación y el de ingresos, y las decisiones médicas.
Otra importante cuestión era en relación al papel del género. ¿Tiene algo que ver? Sí, el perfil y las consecuencias del EMD son diferentes dependiendo del género. Las mujeres tienen una peor percepción de su estado de salud que los varones. Las quejas entre mujeres son el triple que entre hombres. Esto posiblemente tenga que ver con el hecho de que las mujeres tienen una historia de diabetes más larga. En promedio, los años con diabetes entre mujeres son 22, frente a los 18 en el caso de los varones.
Finalmente, hicimos una comparación entre los diferentes tratamientos farmacológicos para el EMD: Aflibercept, Ranibizumab, Bavacizumab y Ozurdex. Los resultados clínicos eran muy similares entre los tratamientos, no obstante, para similares resultados Ozurdex suponía la necesidad de menos desplazamientos para seguimientos y tratamientos médicos. Adicionalmente Ozurdex requería un número de dosis inferior. Consecuentemente, este tratamiento es el que tiene un menor coste social, para efectos clínicos parecidos.
En resumen, debemos concluir que los problemas de visión y la percepción de calidad de vida están vinculados con condiciones socio-económicas y el nivel de educación. Los programas de sensibilización podrían:
1) reducir los tiempos para detectar las pérdidas de visión
2) usos del sistema sanitario, y
3) los costes de la enfermedad.
Dr. Ruiz-Adame Reina, Manuel – mruizadame@ugr.es
(Economista de la Salud. Investigador principal del Estudio de Costes Sociales
del Edema Macular Diabético en Andalucia 2018 – ECSEMDA-18)
Referencias
1. Andonegui J, Lasanta LJ. Edema macular diabético Diabetic macular edema. 2008;31:35-44. http://scielo.isciii.es/pdf/asisna/v31s3/original4.pdf.
2. Chen X, Lu L. Depression in Diabetic Retinopathy: A Review and Recommendation for Psychiatric Management. Psychosomatics. 2016;57(5):465-471. doi:10.1016/j.psym.2016.04.003.
3. Lloyd CE, Nouwen A, Sartorius N, et al. Prevalence and correlates of depressive disorders in people with Type 2 diabetes: Results from the International Prevalence and Treatment of Diabetes and Depression (INTERPRET-DD) study, a collaborative study carried out in 14 countries. Diabet Med. 2018. doi:10.1111/dme.13611.
4. Instituto Nacional de Estadística. -National Statistics Institute-. Resident Population in Spain.
5. Shea AM, Curtis LH, Hammill BG, et al. Resource Use and Costs Associated With Diabetic Macular Edema in Elderly Persons. Arch Ophthalmol. 2009;126(12):1748-1754. doi:10.1001/archopht.126.12.1748.Resource.
6. Pershing S, Enns EA, Matesic B, Owens DK, Goldhaber-Fiebert JD. Cost-effectiveness of treatment of diabetic macular edema. Ann Intern Med. 2014;160(12):18-29.
7. Gonder JR, Walker VM, Barbeau M, et al. Costs and Quality of Life in Diabetic Macular Edema: Canadian Burden of Diabetic Macular Edema Observational Study (C-REALITY). J Ophthalmol. 2014;2014:1-9. doi:10.1155/2014/9393