NIH lanza un estudio internacional sobre la progresión de la DMAE.
La investigación de la historia natural aprovechará los últimos avances para identificar los biomarcadores, objetivos de la terapia precoz.
Un nuevo estudio clínico dirigido por el National Eye Institute (NEI), que forma parte de los National Institutes of Health, hará un seguimiento a 500 personas durante cinco años para aprender más sobre la historia natural de la fase temprana de la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE). Mediante el uso de las últimas tecnologías para visualizar las estructuras que hay en el interior del ojo y medir su función, los investigadores esperan identificar biomarcadores de progresión de la enfermedad, mucho antes de que avance a una etapa tardía y cause pérdida de visión.
La DMAE es la principal causa de deterioro de la visión y ceguera entre las personas de 50 años o más en los Estados Unidos.
«Los hallazgos contribuirán a nuestra comprensión de la biología subyacente que impulsa la transición desde la fase temprana a la última etapa para que las terapias puedan desarrollarse para detener su progresión», dijo la investigadora principal del estudio, Emily Y. Chew, MD, subdirectora clínica en NEI y directora de la División de Epidemiología y Aplicaciones Clínicas de NEI. «Los tratamientos que detienen la enfermedad en su etapa inicial tendrían un enorme impacto en la salud pública».
Las personas con DMAE temprana generalmente no tienen pérdida de visión durante el día. A medida que avanza, la DMAE hace que las células de la retina, el tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo, mueran. Gran parte del daño ocurre en la mácula, un área de la retina responsable de la agudeza de la visión central.
Solo del 10 al 20 por ciento de las personas con DMAE temprana progresan a una enfermedad en etapa tardía dentro de los cinco años siguientes. Es difícil predecir quién progresará porque la DMAE es una enfermedad compleja y multifactorial influenciada por una combinación de edad, antecedentes familiares, factores genéticos y de comportamiento en la salud. Una dieta rica en verduras de hoja verde y pescado, por ejemplo, puede reducir el riesgo, mientras que fumar cigarrillos lo aumenta.
«Queremos aprovechar mejor los avances en genética, imágenes y pruebas de funcionamiento visual para que podamos ver la enfermedad en su etapa inicial con más especificidad. Se pueden obtener marcadores de reemplazo del riesgo de un individuo de desarrollar una enfermedad en etapa avanzada mucho antes de que la enfermedad progrese «, dijo el Dr. Chew.
El estudio AMD Ryan Initiative Study (ARIS) rastreará la salud ocular de 200 personas que tienen DMAE temprana bilateral, definida por la presencia de drusas de tamaño mediano, depósitos amarillentos que se acumulan debajo de la retina. Además, ARIS incluirá a 200 personas con pseudodrusas reticulares tempranas, un tipo de lesión que causa que la retina tenga un giraffe-like macular pattern. La composición y ubicación de las pseudodrusas reticulares difiere de la de las drusas típicas. Algunos datos sugieren que los pseudodrusas reticulares están asociadas con un riesgo más alto de lo normal para la progresión a la enfermedad tardía, pero se necesita más investigación sobre este grupo. A modo de comparación, el estudio inscribirá a 100 participantes de control emparejados por edad y libres de drusas.
Todos los participantes se someterán a una tomografía de coherencia óptica rutinaria del dominio espectral (SD-OCT), un tipo de imagen que muestra vistas de retina de sección transversal de alta resolución. SD-OCT es lo suficientemente sensible como para detectar incluso pequeños cambios en el volumen de drusas a lo largo del tiempo.
Además, la función visual se medirá con una perimetría de fondo adaptada a la oscuridad, una prueba que mide la sensibilidad de la percepción de la luz en partes específicas de la retina después de que los ojos de una persona se han adaptado a la oscuridad. Otra prueba de función visual, adaptación a la oscuridad, es útil para evaluar el deterioro de la visión nocturna. Los estudios de adaptación a la oscuridad son relevantes porque la DMAE tiende a dañar primero los fotorreceptores tipo bastón (las células de la retina que permiten la visión en condiciones de poca luz) antes que los fotorreceptores de tipo cono, que permiten la visión diurna.
Los investigadores de cada uno de los 20 sitios de estudio de ARIS rastrearán los cambios en el volumen de las drusas y otros hallazgos en SD-OCT para ver si corresponden a cambios funcionales en la agudeza visual y la adaptación a la oscuridad.
Idealmente, a los investigadores les gustaría complementar sus estudios mediante el análisis del ADN de los participantes para buscar correlaciones entre los genes y la progresión de la DMAE. En total, los científicos han identificado hasta el momento 52 variantes genéticas independientes asociadas con la DMAE. Se necesita más investigación para determinar si estas variantes influyen en el desarrollo y la progresión de la enfermedad y de qué manera.
El estudio clínico está financiado por NEI, con centros de estudio ubicados en los Estados Unidos, el Reino Unido, Australia, Alemania e Italia.
El estudio lleva el nombre del difunto Stephen J. Ryan, MD, un experto ampliamente reconocido en enfermedades retinianas y presidente del Doheny Eye Institute, una institución independiente sin fines de lucro que apoya la investigación oftalmológica, la capacitación y la atención clínica. La Iniciativa Stephen J. Ryan para la Investigación Macular es un programa interdisciplinario del Doheny Eye Institute que respalda la investigación ARIS.
Estudio internacional sobre la progresión de la DMAE
Imagen: La foto del fondo de ojo muestra un patrón similar al giraffe-like macular en la retina de una persona con pseudodrusas reticulares.
Traducción: Asociación Mácula Retina
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