La DMAE se hace visible: la Sala de Espera Virtual
Hay pocas cosas que se puedan repensar o reinventar a estas alturas del mundo, pero no serían muchos, o muchas, quienes se imaginaban que a una sala de espera podría dársele una vuelta de tuerca y convertirla en virtual. ¿Supondrá esto el fin de aquellas habitaciones con sillas pegadas a las paredes, una mesa con revistas en el medio y pinturas abstractas colgando de la pared? Por el momento, parece que esperar pertenece al pasado. Dicen que el hambre agudiza el ingenio, en este caso el coronavirus, y que de la necesidad se hace virtud; y de ahí ha surgido la aplicación Sala de Espera Virtual diseñada por el área tecnológica del sevillano Grupo Azabache, que ha sido impulsada por la Asociación de Pacientes Mácula Retina y cuenta con el respaldo de la Sociedad Andaluza de Oftalmología.
La clave es geolocalizar al paciente por medio de su teléfono móvil, algo que no resulta difícil hoy en dia, ya que es casi como una parte más de nuestro cuerpo. Entonces, ¿cómo funciona? Primero, como apuntaba, se geolocaliza al paciente el día anterior a su consulta médica y se le avisará por mensaje del momento exacto en que debería dejar lo que estuviera haciendo en su casa o en cualquier otro lugar para dirigirse a su hospital o centro de salud. La aplicación va incluso más allá y permite avisar a un acompañante, en el caso de que alguien deba ir con alguien a su cita.
Se trata de una aplicación móvil gratuita creada para optimizar la gestión del tiempo y las condiciones de seguridad de todos los pacientes, pero en especial para aquellos que sufren patologías oculares y discapacidad visual. La app se convierte así en un complemento oa la gestión de citas de los hospitales, ya que interviene en el segmento temporal únicamente controlado por el paciente con el fin de evitar los posibles contagios del virus SARS-CoV-2, el que provoca la Covid-19. De este modo, la sala de espera virtual también evita las aglomeraciones indeseables en espacios comunes dedicados a la espera de la consulta, e incluso si alguien ha de cancelar su visita médica, lo puede hacer por medio de la aplicación y así dejar el hueco libre a la persona siguiente.
El papel impulsor de la Asociación Mácula Retina en este proyecto no es casual; todo lo contrario. Por eso, la aplicación está pensada para las personas con baja visión y se ha diseñado para que haya contraste de colores, algo que facilita la lectura, y para quienes ya no puedan leer ofrece toda la información en formato audio. Solo en Madrid se estima que viven más de 400.000 personas que padecen enfermedades visuales, entre ellas la degeneración macular asociada a la edad, con indicios notables de que hay más personas en esa situación dado el envejecimiento de la población española. Por lo tanto, se puede decir que en el momento actual confluyen tres elementos que definen el escenario de la atención a las enfermedades visuales en España y en el mundo: una alta prevalencia vinculada al cambio demográfico, una respuesta asistencial inadecuada y la necesidad de rediseñar aspectos esenciales del modelo sanitario a raíz de la crisis poliédrica desencadenada por la pandemia actual.
Pero hoy nadie es tan ingenuo como para descargarse una aplicación sin informarse antes sobre la protección de sus datos. Al menos, cada vez hay más cuidado en este asunto. La aplicación Sala de Espera Virtual no almacena datos y este hecho parte de la idea de que los datos pertenecen a las y los pacientes, y por ello la información personal queda custodiada por la Administración de Salud correspondiente conforme dicte la legislación vigente. En resumen, los datos de la aplicación están igual de protegidos que el historial médico que atesora el centro médico al que acude cuando lo necesita.
La DMAE se hace visible: la Sala de Espera Virtual
Autor: Xavier M. Galiana