La visión como un derecho.

Cuando piensas en los derechos humanos universales, ¿qué te viene a la mente? El derecho a la educación, al trabajo, al matrimonio y a la familia, a la libertad de movimiento y expresión: todos estos son derechos increíbles, pero para los casi 285 millones de personas en todo el mundo que sufren problemas de visión no corregidos, pueden ser inaccesibles.

La discapacidad visual puede afectar a la sociedad en su conjunto, pero también tiene un impacto directo y profundo en las personas que la padecen. Las investigaciones demuestran que la discapacidad visual puede afectar negativamente el rendimiento académico, la productividad en el lugar de trabajo, la salud en general y mucho más.

La solución para la discapacidad visual es a menudo muy simple: un par de gafas. Las gafas son una solución rentable que puede marcar una diferencia significativa para aquellos que viven con una visión no corregida, mejorando sus vidas personales. Pero más allá de eso, las gafas también podrían cambiar la manera en que 285 millones de personas, operan dentro de la sociedad. La visión corregida para estas personas podría generar beneficios económicos por el aumento de la productividad laboral y mayores oportunidades para las generaciones futuras a través de un mejor aprendizaje y educación para los niños.

Según los expertos, hasta el 80 por ciento del aprendizaje se produce visualmente, lo que significa que los niños con mala visión tienen una gran desventaja. Si se deja sin corregir, la brecha no hace más que aumentar, y los niños pueden enfrentarse a toda una vida de dificultades. La mala visión puede dificultar su capacidad de aprender en el aula y durante toda la vida.

Afortunadamente, las investigaciones han demostrado que las gafas recetados adecuadamente tienen un mayor impacto en el rendimiento académico de un niño que cualquier otra intervención en salud. Un estudio realizado en China demostró que los estudiantes que usaron gafas durante un año obtuvieron calificaciones más altas en los exámenes, equivalente a seis meses de escolaridad adicional, y los estudiantes con bajo rendimiento histórico se beneficiaron más de la corrección de la visión.

La detección temprana y la corrección de la mala visión es clave para dar a todos los niños la misma oportunidad de tener éxito. Es por eso que muchos expertos están de acuerdo en que los exámenes oculares completos son necesarios para los niños a la edad de tres años. Un estudio de la Comisión Nacional de Visión y Salud detectó que los exámenes oculares son muy eficaces para la detección precoz de patologías oculares,  y hacer frente a estos problemas de visión se ha traducido en una mejora de las pruebas realizadas.

Con gafas graduadas, los niños pueden sentar las bases para un futuro en el que tengan la oportunidad de participar plenamente. De manera similar, las gafas también pueden abrir un mundo de oportunidades para que los adultos desempeñen el trabajo que les guste y lo hagan bien.

La pérdida de productividad que resulta de una visión no corregida tiene un impacto de gran alcance, desde el nivel individual hasta la economía global. Se estima que los impactos económicos de la discapacidad visual que resultan de errores refractivos no corregidos le cuestan a la economía global la asombrosa suma de $ 272 mil millones .

La realidad es que ya sea que estén en el trabajo o en la escuela o donde sea que la vida los lleve, muchas personas no saben que tienen un problema de visión porque solo saben lo que ven. Creemos que todos deben tener derecho a ver bien.

En el Día de los Derechos Humanos, debemos trabajar para garantizar que se prioricen los beneficios de la corrección y la protección de la visión. Cuando la visión ocupa el lugar que le corresponde en la atención médica, todos nuestros esfuerzos (en el aula, con la familia, en el lugar de trabajo, en la comunidad) tendrán un efecto dominó en beneficio de la sociedad en general.

La buena visión es precursora de muchos derechos humanos, y es hora de reconocerla como un derecho humano básico en sí mismo. Al tomar medidas simples y de bajo costo, las personas de todas las edades pueden mejorar enormemente su calidad de vida y aprovechar al máximo los derechos que se les otorgan. Imaginemos un futuro donde la buena visión se vea como un derecho humano básico, un mundo donde cada persona pueda beneficiarse plenamente de una vida mejor a través de una mejor visión. 

Traducción: Asociación Mácula Retina.

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