Tras numerosas pruebas clínicas realizadas por Essilor y el Instituto de la Visión de París, entre las que se encuentran los primeros ensayos ‘in vitro’ con células de la retina realizados hasta ahora en la industria oftalmológica, se ha demostrado que la exposición acumulada a la luz azul-violeta aumenta el riesgo de sufrir daños en la retina, lo que contribuye al desarrollo de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE). Esta patología ocular la padecen aproximadamente 100 millones de personas en todo el mundo y es la primera causa de ceguera en países industrializados.

La luz azul-violeta está en todas partes. Actualmente hemos incrementado de forma importante nuestra exposición a ella debido a los sistemas de iluminación artificial que utilizamos en interiores, también presentes en los dispositivos electrónico-informáticos de última generación.

 

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