La mujer nipona que recibió el primer trasplante del mundo con células madre pluripotente inducida (iPS por sus siglas en inglés) evoluciona favorablemente un año después de la operación, anunciaron este viernes los científicos a cargo del proyecto.
La intervención, un trasplante de retina creada a partir de células madre pluripotentes, se llevó a cabo el 12 de septiembre del año pasado en una paciente de 70 años con degeneración macular, y supuso la primera vez que se empleaba en humanos esta técnica llamada a revolucionar la medicina regenerativa.
Las células madre pluripotentes inducidas son células adultas reprogramadas para comportarse como células madre embrionarias, lo que se considera un importante avance porque permite obtener células madres pluripotenciales, que tienen posibles aplicaciones en investigaciones y usos terapéuticos sin la controversia del uso de embriones.
El equipo de investigadores extrajo muestras de piel de la mujer y a partir de ellas generó células madre iPS con capacidad de convertirse en tejido de retina, que después fueron empleadas para reemplazar quirúrgicamente parte de la mácula lútea (la principal capa fotoreceptora de la retina) de la paciente.
La operación fue realizada con éxito en el Instituto de Investigación Biomédica de Kobe (sur) y bajo la dirección de un grupo de científicos del Instituto Riken.
Un año después de la intervención, la paciente se recupera dentro de los plazos previstos y no ha sufrido «anomalías ni complicaciones», según anunció en rueda de prensa la investigadora del Riken Masayo Takahashi.
La visión de la paciente «ha dejado de deteriorarse», lo cual supone un éxito en el contexto del estado de la mujer, que ya había perdido la mayor parte de sus células fotoreceptoras, señaló la experta.
«Esperamos que este tratamiento pueda convertirse pronto en un estándar», afirmó la científica miembro del equipo de investigadores, que continuará analizando la evolución de la paciente durante los próximos tres años.
El éxito de esta operación supone un paso clave para la aplicación clínica de las células IPS, que poseen la capacidad de convertirse en cualquier tipo celular especializado, y que podrían ampliar las posibilidades de los tratamientos regenerativos y suponer un importante avance hacia la medicina personalizada.
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