Un reciente estudio realizado con ratas expuestas a distintas fuentes de luz, revela la fototoxicidad de la luz LED para la retina.

Las directivas europeas recomiendan, para ahorrar energía, la sustitución de lámparas incandescentes por dispositivos más económicos, tales como diodos emisores de luz (LEDs).

Sin embargo, el espectro de emisión de estos dispositivos se enriquece con radiaciones azules conocidas por ser potencialmente peligrosas para la retina.

Estudios recientes mostraron que la exposición a la luz contribuye a la aparición de las primeras etapas de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).

En esta investigación realizada en ratas albinas y pigmentadas, se mostraron los efectos de los diferentes protocolos de exposición. El estudio fue publicado en el número 339 de la Revista Neuroscience (17/12/2016). pp. 296-307.

Una exposición de 24 horas a la alta luminosidad se comparó en una exposición cíclica (luz / oscuridad) a niveles domésticos de 1 semana y 1 mes, utilizando diferentes indicadores de bombillas LED (blanco frío, azul y verde), así como bombillas fluorocompactas y tubos fluorescentes.

 

Los datos sugieren que el componente azul del blanco LED puede causar toxicidad retiniana en una iluminación doméstica, no sólo en condiciones experimentales extremas como se informó en estudios anteriores.

Es importante señalar que las normas actuales y los estándares se han establecido sobre la base de la exposición a la luz aguda y no tienen en cuenta los efectos de la exposición repetida.

3 claves del estudio:

  • La luz blanca de LEDs produce una degeneración de la retina más agresiva que las lámparas fluorocompactas.
  • La pigmentación conlleva una pequeña protección frente a la luz LED en ratas expuestas a luminosidad alta.
  • La exposición a la luz LED produce la rotura de la barrera externa hemato-retiniana.

 

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