¿Se trasplantaría usted un ojo para ver mejor, aunque no lo necesitara? Una de las razones por las que Google Glass no ha triunfado es el rechazo de la gente a llevar un dispositivo todo el rato en la cara, pero el futuro de los wearables pasa por su incorporación en el cuerpo humano. EYE es uno de los casos más extremos: un ojo impreso en 3D que permitiría devolver la vista, mejorarla, añadirle filtros y hasta grabar nuestra vida y compartirla a través del wifi.
EYE es el acertado acrónimo de Enhance Your Eye (Mejora tu ojo en inglés), un proyecto que ha sido ideado teniendo en mente a aquellas personas que sufren ceguera o deficiencias severas de la visión. Es decir, para aquellos pacientes que, debido a su situación, no vean la extracción y sustitución de sus ojos oculares como algo horrible, sino como un rayo de esperanza.
Este concepto está siendo desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Bolonia (Italia): “La bioimpresión y el biohacking se encuentran actualmente en fase de investigación, pero proyectos como este son un pequeño paso para hacernos una idea de cómo podrían utilizarse estas tecnologías”, explica a Teknautas el investigador de MHOX e ideólogo de EYE, Filippo Nassetti.
Por este motivo, Nassetti no cree que el producto pueda ser una realidad antes de 2027, cuando este tipo de tecnologías sufran un “impresionante avance”, y admite que de momento es un “diseño conceptual”. Y es que la mayor dificultad de un proyecto como EYE, como en cualquier otro trasplante (ya sea de un órgano artificial o normal) reside en logra conectar el dispositivo al cuerpo humano de forma satisfactoria.
La propuesta de este grupo de investigadores italianos pasa por instalar un puerto mediante cirugía. Esta tecnología sería la responsable de conectar el ojo al cerebro, y permitiría instalar y cambiar los ojos sin necesidad de una intervención médica.
En cuanto al ojo, EYE sería completamente orgánico, al estar compuesto por unas células artificiales contenidas en una especie de biotinta, que la impresora utilizaría para imitar los diferentes tejidos de la estructura.
Actualmente la gente sana ya mejora sus cuerpos con cirugía, por lo que creemos que cambiar tus ojos para mejorar tu visión no es tan diferente
La aplicación inmediata de un avance como EYE se centraría en devolver la vista a aquellos que la han perdido parcial o completamente. Un concepto que, por extremo que parezca, no difiere en demasía de una dentadura postiza. Esta sería, según Nassetti, el primer modelo de EYE. Pero no el único.
“Actualmente la gente sana ya mejora sus cuerpos con cirugía, por lo que creemos que cambiar tus propios ojos para mejorar tu visión no es tan diferente”, asegura el italiano. Así se podría mejorar la agudeza visual del paciente, pero las posibilidades en las que piensa Nassetti van mucho más allá.
Como si viéramos la vida a través de Instagram, sería posible activar filtros visuales ingiriendo una píldora. También se podría, gracias a una conexión wifi, grabar y compartir aquello que viéramos, en clara referencia a cierto capítulo de Black Mirror.
El futuro es de los órganos artificiales
Es posible que EYE no vea la luz hasta 2027, pero el trasplante de órganos artificiales ya es una realidad. El primer órgano completamente sintético se implantó en 2011, cuando cirujanos suecos lograron salvar la vida de un paciente con cáncer gracias a una tráquea creada en un laboratorio a partir de las células madre del propio paciente. Ya en 2013, una prótesis impresa en 3D (también de una tráquea) salvó a un bebé de dos meses.
Aunque se hayan logrado imprimir tráqueas e incluso corazones, la complejidad de los ojos los convierte en todo un reto para la medicina. Porque si una tráquea es un tubo y un corazón una bomba, los ojos son una especie de sensor lumínico capaz de enviar señales que nuestro cerebro pueda interpretar como imágenes. A pesar de ello, el primer trasplante moderno, que tuvo lugar en 1905, consistió en la transferencia de una córnea a un trabajador que había perdido la vista por culpa de un accidente con cal. Y fue un completo éxito.
Pero trasplantar un ojo completo es otro cantar, pues implica cortar el nervio óptico (el cable que lo conecta al cerebro) y luego regenerarlo, algo que hasta hoy es imposible. Se trata de una dificultad similar a la de lograr conectar los nervios tras un trasplante de mano, sólo que en este caso sí se ha conseguido. Nassetti es consciente de esta dificultad y confiesa que todavía no han comenzado a trabajar en ese importante detalle.
A pesar de todo, muchos expertos consideran que el esplendor de los trasplantes tradicionales ya pasó, y que ahora comienza la época de los órganos artificiales. De hecho, la revista MIT Technology Review ya destacó en 2014 las enormes posibilidades de la impresión 3D para crear tejidos que simulen incluso los vasos sanguíneos. Si el primer trasplante moderno fue de córnea, quizá EYE logre ser el primer ojo completo trasferido a un ser humano, aunque sea dentro de una década.
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