Nueva retina artificial wireless implantada en 5 pacientes ciegos.

Una nueva ‘retina artificial‘ que consiste en un chip muy pequeño (solo 2 mm) y totalmente ‘inalámbrico’, sin cables ni batería, podría algún día ayudar a los pacientes con DMAE, una enfermedad retiniana cada vez más extendida y aún no tratable que a menudo conduce a la discapacidad visual y a la ceguera, a obtener un mayor grado de autonomía.

El microchip es de 2 milímetros por 2 milímetros y contiene casi 400 diminutos sensores ópticos (fotodiodos) que transforman las imágenes en señales eléctricas que luego son enviadas al cerebro.
Se coloca, con un procedimiento quirúrgico sencillo, debajo de la retina. Es mínimamente invasivo, y la intervención tiene una duración aproximada de una hora. Además, el chip no tiene cables de conexión y se activa y alimenta con unas gafas, donde va montada una mini cámara. De ese modo, el dispositivo ni siquiera necesita una batería.

El microchip se ha implantado por ahora en 5 pacientes legalmente ciegos (en una etapa muy avanzada de la enfermedad) con resultados prometedores. Los pacientes tratados, han podido ver letras muy grandes y también han adquirido habilidades limitadas de lectura.

Los resultados se anticipan en una entrevista con la agencia de noticias ANSA realizada por Andrea Cusumano del Policlinico di Tor Vergata, y presidente de la Fundación MACULA & GENOMA Onlus, que organiza el simposio MACULA TODAY 2018 a mediados de octubre. Esta es la primera vez que esta técnica se ha probado en este tipo de pacientes.

La prometedora prótesis retiniana fue diseñada por Daniel Palanker de la Universidad de Stanford en California. 

«Yo mismo participé en la intervención del primer paciente», dice Cusumano.

«Hemos implantado el microchip en un paciente declarado ciego legalmente, que después de 10 meses de la intervención es capaz de leer letras grandes y reconocer números consecutivos», explicó. 

«Parte del sueño que los oftalmólogos han estado cultivando durante algún tiempo, hacer que las personas ciegas vuelvan a ver, se está convirtiendo en una realidad».

«En el futuro, a partir de este prototipo, tendremos que apuntar a unidades más económicas (hoy cuestan hasta 100 mil euros), para bajar los costos de producción enormemente y así poder llegar a millones y millones de pacientes en todo el mundo», completó el experto italiano.

Otros microchips se han utilizado en el pasado en pacientes con retinosis pigmentaria. La degeneración macular relacionada con la edad es una de las patologías más graves que afectan al ojo. 

La ‘mácula’, la parte central de la retina, que es fundamental para la visión de los detalles, para reconocer rostros, colores, luces y conducir, se daña progresivamente y representa la primera causa de ceguera y discapacidad visual en el mundo occidental.

Traducción: Asociación Mácula Retina.

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