La magnitud de la onda i está vinculada con la presencia o ausencia de una variante genética que podría aumentar el riesgo de desarrollar miopía, según revela un estudio
Un estudio reciente, publicado esta semana en la prestigiosa revista de la ARVO, Investigative Ophthalmology & Visual Science (IOVS), ofrece nuevos hallazgos sobre los mecanismos que contribuyen al desarrollo de la miopía.
La miopía está en aumento a nivel mundial, y aunque se sabe que una variante genética común cercana al gen GJD2 está asociada con un mayor riesgo, los mecanismos detrás de esta relación siguen siendo un misterio. Un equipo de investigadores, liderado por el profesor Omar Mahroo, del Instituto de Oftalmología de la UCL, y la Dra. Pirro Hysi, del King’s College de Londres, analizó las respuestas eléctricas registradas en la retina de pacientes con trastornos poco frecuentes y bien definidos. Para ello, emplearon datos de casi 200 voluntarios sanos de la cohorte TwinsUK, aportando nuevas perspectivas sobre este fenómeno.
El estudio se centró en un pequeño potencial eléctrico conocido como «onda i», identificado hace más de 60 años pero poco explorado hasta ahora. Los investigadores encontraron que el tamaño de la onda i está relacionado con la presencia o ausencia de una variante genética asociada al riesgo de miopía. Estos hallazgos arrojan nueva luz sobre los mecanismos que contribuyen al desarrollo de esta condición.
La investigación se apoya en estudios previos del equipo, publicados en las Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA, donde por primera vez se sugirió que esta variante genética podría influir en la respuesta de la retina a la luz.
Entre los colaboradores del estudio se encuentran los antiguos investigadores Jit Kai Tan y Xiaofan Jiang, junto con Shaun Leo, y los profesores Anthony Robson y Andrew Webster.