En la memoria visual, el tamaño importa

Un estudio demuestra que cuanto más grande es una imagen, mejor la recordamos.

Una nueva investigación indica que, en la visión natural, la memoria visual de las imágenes se ve afectada por el tamaño de la imagen en la retina. Los hallazgos pueden tener muchas implicaciones, incluso en el uso de diferentes tipos de pantallas electrónicas y en la calidad del procesamiento de la información cuando dependemos de pantallas grandes frente a las pequeñas.

Todos los días nos encontramos con imágenes en las paredes, en periódicos, libros y dispositivos electrónicos. Algunas quedan grabadas en nuestra memoria y otras no.

Aún no se conocen que elementos  influyen en que recordemos una imagen y no otra, pero los investigadores han supuesto que el tamaño de la imagen y la memoria no están relacionados entre sí, ya que solemos entender lo que aparece en una imagen, sea grande o pequeña.

Un nuevo estudio dirigido por la Dra. Sharon Gilaie-Dotan, de la Bar-Ilan University School of Optometry and Vision Science and Gonda (Goldschmied) Multidisciplinary Brain Research Center, trató de determinar si las imágenes grandes se recuerdan mejor que las pequeñas durante el habitual quehacer diario.

Su hipótesis se basaba en el hecho de que las imágenes grandes requieren que el sistema visual utilice mayores recursos para procesarlas.

Los resultados del estudio, que se acaban de publicar en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, demuestran por primera vez que, en la visión natural, la memoria visual de las imágenes se ve afectada por el tamaño de la imagen en la retina.

Estos hallazgos pueden tener muchas implicaciones, incluso en el uso de diferentes tipos de pantallas electrónicas y en la calidad del procesamiento de la información cuando dependemos de pantallas grandes frente a las pequeñas.

Shaimaa Masarwa y Olga Kreichman, estudiantes de doctorado del laboratorio de la Dra. Gilaie-Dotan, examinaron lo que ocurre con la memoria visual cuando se pide a los participantes que miren las imágenes sin saber nada de la tarea de memoria que se va a realizar. A cada participante se le mostraron diferentes imágenes de distintos tamaños, cada una de ellas presentada una sola vez.

Ciento ochenta y dos personas participaron en siete experimentos diferentes. Una y otra vez, los investigadores comprobaron que las imágenes grandes se recordaban mejor (1,5 veces más) que las pequeñas.

Este fenómeno no dependía de los estímulos específicos, del orden en que aparecían las imágenes, de su resolución o de la cantidad de información que contenían.

Para entender si este resultado estaba determinado por el tamaño y no por la cantidad de detalles, los investigadores también examinaron si las imágenes grandes y borrosas se grababan mejor en la memoria que las imágenes claras y pequeñas, cuando las imágenes grandes contenían los mismos detalles que las pequeñas.

Para su sorpresa, descubrieron que, incluso en este caso, los participantes recordaban mejor las imágenes grandes y borrosas que las pequeñas y claras.

También descubrieron que la mayoría de las imágenes se recordaban mejor cuando se presentaban más grandes que cuando se presentaban más pequeñas.

«En las zonas del cerebro que representan la imagen retiniana, se destinan más recursos a procesar las imágenes grandes que las pequeñas, porque el procesamiento viene determinado por la zona de la retina que estimula la imagen«, afirma la Dra. Gilaie-Dotan. Señala que hay otros factores que pueden contribuir a recordar las imágenes grandes, como los diferentes movimientos oculares y la mayor atención e interés que suscitan las imágenes grandes.

El estudio se realizó con jóvenes adultos de entre 18 y 40 años, edades en las que la visión está completamente desarrollada pero aún no ha empezado a envejecer.

Es posible que el tamaño de los estímulos afecte de forma diferente a las distintas edades, ya que tanto la edad como la experiencia con las pantallas son muy diferentes entre los jóvenes y los mayores.

Aunque el estudio sólo examinó imágenes estáticas, los resultados podrían tener importantes implicaciones en la «generación de internet«, que consume gran parte de su información en pequeños dispositivos electrónicos.

«Es posible que incluso en las imágenes dinámicas, como los vídeos, se dirijan mayores recursos de visión al procesamiento de vídeos en pantallas grandes frente a las pequeñas y, por tanto, es probable que se recuerden mejor los vídeos en la pantalla grande», dice Gilaie-Dotan.

Además, muchos de los libros de texto de los institutos actuales están disponibles en formato electrónico, y los alumnos a veces estudian en sus smartphones. Aunque la pantalla del smartphone es práctica y accesible, en la práctica la calidad del aprendizaje puede ser mejor en una pantalla más grande.

Gilaie-Dotan afirma que se necesitarán muchas investigaciones sucesivas para entender hasta qué punto está extendido el fenómeno y si afecta a todo el procesamiento en todas las situaciones, o sólo en algunos casos.

Imagen: https://www.pnas.org/content/119/4/e2119614119/tab-figures-data

Traducción: Asociación Mácula Retina

Journal Reference:

Shaimaa Masarwa, Olga Kreichman, Sharon Gilaie-Dotan. Larger images are better remembered during naturalistic encoding. Proceedings of the National Academy of Sciences, 2022; 119 (4): e2119614119 DOI: 10.1073/pnas.2119614119

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