Investigación sobre la ceguera nocturna

Publicado en el PNAS, los biólogos de la Universidad de Kyoto informan sobre un mecanismo previamente desconocido en la retina que quizás nos lleve a una mejor comprensión de cómo ven nuestros ojos por la noche. El hallazgo fue posible gracias a los ratones modificados para cambiar la fluorescencia cuando se activa una molécula específica, la proteína quinasa A, o PKA.

Estos ratones ‘PKAchu’ fueron desarrollados para proporcionar a los investigadores una forma de visualizar la activación de una de las proteínas más esenciales y más estudiadas del cuerpo.

«La PKA se encuentra en muchas células y está involucrada en una amplia variedad de procesos biológicos. Es natural que los investigadores encuentren una forma de observar sus actividades», explica el autor principal, Shinya Sato, de la Escuela de Estudios Biológicos.

«Los ratones PKAchu fueron desarrollados en 2012 -‘chu’ es la palabra japonesa para ‘chirrido’- para permitirnos observar de cerca cómo actúa la PKA durante procesos biológicos específicos. Decidí aplicar esto a mi trabajo en la biología de la retina».

El equipo desarrolló primero un método para registrar imágenes microscópicas de alta resolución de tejido retiniano vivo. Luego observaron cómo reacciona la PKA a la estimulación de la luz. Conociendo las vías involucradas, el equipo planteó la hipótesis de que la luz desactivaría la PKA.

Pero para su sorpresa, sucedió exactamente lo contrario.

«Empezamos con una iluminación del tejido de seis segundos. Sorprendentemente, esto activó la PKA en el área seleccionada durante casi 15 minutos», continúa Sato. «Luego efectuamos una iluminación de diez minutos, durante la cual la PKA estuvo inactiva. Pero cuando las luces se apagaron, la PKA se puso en marcha. Fue como si la oscuridad lo hubiera activado.»

El análisis del nivel de células simples reveló que esta activación de la PKA sin luz se produjo sólo en las células de los bastones, que son indispensables para nuestra visión nocturna.

Sato tiene la hipótesis de que este mecanismo previamente desconocido de activación de la PKA específica de los bastones puede ser la clave para aumentar la sensibilidad a la luz en nuestros ojos, contribuyendo a nuestra visión nocturna. Se cree que las células fotorreceptoras de tipo bastón han evolucionado a partir de las células de cono sensibles al color. La activación de la PKA, parece ser, es específica de los bastones.

Michiyuki Matsuda, el autor principal del estudio, concluye: «No sólo hemos descubierto muchos aspectos interesantes de las células de la retina, sino también la utilidad adicional de los ratones PKAchu. Estamos entusiasmados por descubrir los mecanismos y la finalidad de estos nuevos hallazgos, y tal vez iluminar nuestra comprensión de afecciones como la ceguera nocturna«.

Investigación sobre la ceguera nocturna.

Traducción: Asociación Mácula Retina.

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