Kiora Pharmaceuticals obtiene la designación de medicamento huérfano para KIO-301, un fármaco en investigación para el tratamiento de la retinosis pigmentaria (RP)
Kiora Pharmaceuticals ha recibido la designación de medicamento huérfano de la FDA para su tratamiento en investigación de la retinosis pigmentaria, KIO-301.
Kiora espera iniciar los ensayos clínicos de KIO-301 en el tercer trimestre de 2022. La designación de medicamento huérfano permite facilitar las condiciones para su desarrollo con la FDA, los créditos fiscales para los ensayos clínicos cualificados, una exención de la tasa de usuario para la solicitud de comercialización (tasa Prescription Drug User Fee Act, PDUFA) y una exclusividad de mercado ampliada de hasta 7 años como forma de animar a las empresas a desarrollar tratamientos para enfermedades raras.
«Esta designación refleja la necesidad de nuevas opciones de tratamiento para los 80.000 pacientes que se calcula que padecen retinosis pigmentaria sólo en los Estados Unidos», declaró el doctor Brian M. Strem, presidente y director general de Kiora, en un comunicado de prensa de la empresa. «Mientras que la RP puede ser causada por una variedad de mutaciones genéticas, nuestra pequeña molécula KIO-301 tiene la posibilidad de ser utilizada como una terapia independiente, sin importar la(s) mutación(es) subyacente(s) o en combinación con terapias específicas de genes de próxima generación. Tenemos previsto comenzar un ensayo clínico de fase 1b en Australia a finales de este año antes de iniciar estudios más amplios en Estados Unidos y en todo el mundo».
KIO-301 (amonio cuaternario de bencil etil aminoazobenceno) es una pequeña molécula sensible a la luz visible que actúa como un «fotoconmutador» reversible, diseñado específicamente para restablecer la capacidad de los ojos de percibir e interpretar la luz en pacientes con alteraciones visuales. El KIO-301 penetra de forma selectiva en células ganglionares específicas de la retina (las que se encuentran a continuación de los conos y bastones deteriorados) y las convierte en células sensoras de la luz, capaces de señalar al cerebro la presencia o ausencia de ésta.
Una nueva clase de pequeñas moléculas, denominadas «fotoconmutadores moleculares«, tienen la capacidad de cambiar de forma rápida y reversible en función de la presencia o ausencia de luz. Esta propiedad de «fotoconmutación» confiere a la molécula la capacidad de interactuar y estimular células clave en la autopista óptica.
Las moléculas pequeñas, a diferencia de las terapias génicas y otras terapias de base biológica, son el tipo de fármacos más comúnmente aprobado en todo el mundo. Esto se traduce en un plazo de desarrollo más corto en comparación con estos abordajes más complejos (por ejemplo, la terapia génica).
El KIO-301 entra específicamente en las células clave de la retina (las que ya no están conectadas a los bastones y conos viables) y las convierte en células sensoras de luz, capaces de señalar al cerebro la presencia o ausencia de luz.
La capacidad de detectar la presencia o ausencia de luz es la base de la visión y, por desgracia, se pierde en varias enfermedades degenerativas importantes del ojo. La retina humana normal tiene unos 120 millones de bastones (blanco y negro, visión nocturna, movimiento) y 6 millones de conos (color). En ciertas enfermedades de la retina, los fotorreceptores (bastones y conos) mueren (primero los bastones y luego los conos), lo que les impide activar las células bipolares y ganglionares de la retina («RGCs»). Los fotorreceptores normalmente perciben la luz y convierten la energía luminosa en energía eléctrica para pasar la señal a las células transmisoras especiales. Las células bipolares y las RGCs transmiten la señal de los bastones y los conos al cerebro, donde se «procesa» la imagen.
En los pacientes con Retinosis Pigmentaria (RP), los fotorreceptores ya no son viables y, por lo tanto, sus células «transmisoras de señales» (RGCs) no son capaces de activarse. El KIO-301 entra preferentemente en estas RGCs y las convierte en células sensoras de luz. El KIO-301 lo consigue alojándose en el interior de canales iónicos específicos activados por voltaje. En presencia de la luz, bloquea físicamente el flujo de salida de iones, provocando la despolarización de las células y, por tanto, la señalización del cerebro. Cuando se apaga la luz, el KIO-301 vuelve a su estado energético más bajo, lo que hace que la célula se repolarice y «deje» de señalar al cerebro.
Estas terapias están aún en desarrollo y no están aprobadas para su uso comercial.
La retinosis pigmentaria es una enfermedad hereditaria poco frecuente que suele cursar con pérdida de la visión con poca luz, seguida de una reducción del campo visual (pérdida de la visión periférica) y, finalmente, pérdida de la visión central. La enfermedad afecta aproximadamente a una de cada 3.000 a 5.000 personas y está causada por más de 50 subtipos genéticos distintos procedentes de más de 150 mutaciones genéticas.
Traducción: Asociación Mácula Retina
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