Una investigación liderada por el Dr. Nicolas Bazan de la Escuela de Medicina de LSU Health New Orleans sugiere que la disminución de un ácido graso es clave en la DMAE

El envejecimiento puede causar estrés oxidativo en el ojo, lo que puede llevar a la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE). La DMAE está asociada con niveles reducidos de un ácido graso llamado 22:6 (ácido DHA 22:6 omega-3), que es importante para la salud de las células en la retina. Este ácido graso es vulnerable al daño oxidativo, lo que puede llevar a problemas irreversibles. El estudio sugiere que el cuerpo tiene mecanismos para proteger las células de la retina de este daño.

Una investigación dirigida por el doctor Nicolas Bazan, catedrático Boyd, titular de la Cátedra Ernest C. e Yvette C. Villere para el Estudio de la Degeneración de la Retina y director del Centro de Excelencia en Neurociencia de la Facultad de Medicina LSU Health New Orleans, sugiere que la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) disminuye un ácido graso esencial, lo que impide la formación de una clase de moléculas protectoras y reduce la capacidad de reparación. El descubrimiento también podría abrir nuevas vías terapéuticas para la DMAE. Los resultados se publican en Experimental Eye Research.

El estudio muestra que la DMAE disminuye el ácido docosahexaenoico (DHA) 22:6 periférico de la retina en las células fotorreceptoras de los bastones, limitando la elongación de los ácidos grasos para formar ácidos grasos poliinsaturados de cadena muy larga (VLC-PUFA). Los VLC-PUFA son precursores de los elovanoides, mensajeros químicos bioactivos elaborados a partir de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 de cadena muy larga. Se ha demostrado que los elovanoides, descubiertos por el laboratorio Bazan, restauran la estructura e integridad de las células fotorreceptoras dañadas reparando, remodelando y regenerando las células sanas. La pérdida de los precursores neuroprotectores de los elovanoides en la periferia de la retina por la DMAE facilita el estrés no compensado y la pérdida celular.

Las carencias de la vía biosintética de los ácidos grasos pueden ser un factor fundamental en la aparición y progresión de enfermedades degenerativas maculares que conducen a la ceguera. Estos hallazgos abren importantes vías inmediatas de exploración terapéutica para la DMAE.

Dr. Nicolas Bazan, MD, PhD, LSU Health New Orleans School of Medicine

El equipo de investigación también descubrió importantes diferencias entre sexos. Según los Institutos Nacionales de Salud, el 66% de los afectados por DMAE son mujeres. Las mujeres tienen más DHA 22:6 que los hombres debido a los efectos del estrógeno. A medida que envejecen y el estrógeno disminuye, también lo hace el DHA 22:6, y como resultado, las mujeres pueden ser cada vez más susceptibles a la degeneración de la retina.

«En la DMAE, la retina femenina pierde ácidos grasos poliinsaturados de cadena muy larga (VLC-PUFAs) de los bastones periféricos en torno a un 33% menos que en los varones, lo que limita la formación de elovanoides y su bioactividad protectora», añade Bazán.

Según la Fundación Bright Focus, casi 20 millones de personas mayores estadounidenses padecen algún tipo de degeneración macular relacionada con la edad. Se estima que 18 millones de personas mayores de 40 años vivían con degeneración macular en etapa temprana en 2019, y 1,49 millones tenían degeneración macular en etapa tardía. Se cree que alrededor de 200 millones de personas en todo el mundo viven con DMAE, un número que se espera que alcance los 288 millones en 2040. La edad es un factor de riesgo destacado de la degeneración macular asociada a la edad. El riesgo de padecer degeneración macular asociada a la edad aumenta del 2% en las personas de 50 a 59 años a casi el 30% en los mayores de 75 años. Los costes sanitarios directos de la discapacidad visual debida a la degeneración macular asociada a la edad en EE.UU., Canadá y Cuba se estiman en 98.000 millones de dólares.

Otros autores que han participado en el estudio son los doctores William Gordon, Marie-Audrey Kautzmann y Bok Kyoo Jun, junto con Megan Cothern, del Centro de Excelencia en Neurociencia de LSU Health New Orleans, y el doctor Zhide Fang, de la Escuela de Salud Pública de LSU Health New Orleans.

La investigación contó con el apoyo del National Eye Institute of the National Institutes of Health and the Eye, Ear, Nose & Throat Foundation of New Orleans.

Traducción: Asociación Mácula Retina
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